sábado, 29 de noviembre de 2014

Los sonidos del aterrizaje sobre el cometa que observará Rosetta

21 de noviembre de 2014: Una imagen en tres dimensiones muestra cómo sería volar sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. La imagen fue generada a partir de datos reunidos por el Sistema de Generación de Imágenes del Módulo de Descenso de Rosetta (Rosetta Lander Imaging System o ROLIS, por su acrónimo en idioma inglés), ubicado a bordo de la nave espacial Philae, de la Agencia Espacial Europea (European Space Agency, en idioma inglés) durante el descenso destinado a realizar el aterrizaje inicial sobre el cometa, el 12 de noviembre. La Agencia Espacial Europea también dio a conocer una pista de audio del primero de los tres aterrizajes del módulo de descenso sobre la superficie del cometa:



La imagen estereográfica fue generada utilizando dos imágenes captadas por ROLIS cuando Philae estaba a poco menos de 3 kilómetros (2 millas) de la superficie. Las imágenes fueron tomadas con dos minutos de diferencia, aproximadamente una hora antes del aterrizaje inicial de la nave espacial sobre 67P, a las 8:03 a. m. PST, hora estándar del Pacífico (11:03 a. m. EST, hora estándar del Este). En la imagen, se puede ver el sitio del aterrizaje Agilkia inmediatamente debajo. En el margen superior derecho de la imagen, se puede observar una de las patas dentadas de aterrizaje. La resolución es aproximadamente 3 metros (10 pies) por píxel. Para apreciar el efecto en 3 dimensiones, se debe ver la imagen con anteojos que tengan los colores rojo y azul.

splash
 
 
 Esta imagen en 3 dimensiones muestra cómo sería volar sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko La imagen fue generada a partir de datos reunidos por el Sistema de Generación de Imágenes del Módulo de Descenso de Rosetta (Rosetta Lander Imaging System o ROLIS, por su acrónimo en idioma inglés), ubicado a bordo de la nave espacial Philae, de la Agencia Espacial Europea (European Space Agency, en idioma inglés) durante el descenso destinado a realizar el aterrizaje inicial sobre el cometa, el 12 de noviembre. Crédito de la imagen: ESA/Rosetta/Philae/ROLIS/DLR 
 
Cuando Philae hizo su primer aterrizaje sobre el cometa, el Experimento de Sondeo Acústico de la Superficie del Cometa (Cometary Acoustic Surface Sounding Experiment o CASSE, por su acrónimo en idioma inglés), de Philae, escuchó un breve pero significativo “golpe seco”. La grabación de dos minutos desde el espacio es la primera captada del momento de contacto entre un objeto hecho por el hombre y un cometa tras un aterrizaje. Los sensores de CASSE están ubicados en los pies, en la base de las tres patas del módulo de descenso.

“El módulo de descenso Philae hizo contacto con una capa blanda de varios centímetros de espesor”, dijo Klaus Seidensticker, el científico principal del instrumento CASSE, del Instituto de Investigaciones Planetarias (Institute of Planetary Research, en idioma inglés), que pertenece al Centro Aeroespacial Alemán (German Aerospace Center, en idioma inglés), en Berlín. “Luego, apenas unos milisegundos más tarde, los pies se encontraron con una capa dura, quizás de hielo, en 67P/Churyumov-Gerasimenko”.

Los cometas son cápsulas del tiempo que contienen material primitivo que quedó de la época en la cual se formaron nuestro Sol y sus planetas. Rosetta será la primera nave especial en presenciar muy de cerca cómo cambia un cometa a medida que se somete a la creciente intensidad de la radiación del Sol. Las observaciones ayudarán a los científicos a conocer más acerca del origen y la evolución de nuestro sistema solar y también acerca del papel que pueden haber desempeñado los cometas en la provisión de agua para la Tierra y quizás, incluso, en la “siembra de las semillas” de la vida.

Rosetta es una misión de la Agencia Espacial Europea (European Space Agency o ESA, por su acrónimo en idioma inglés), con colaboración de sus estados miembro y de la NASA. Philae, el módulo de descenso de Rosetta, es provisto por un consorcio dirigido por el Centro Aeroespacial Alemán (German Aerospace Center, en idioma inglés), en Colonia; el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar (Max Planck Institute for Solar System Research, en idioma inglés), en Gottingen; el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (National Center of Space Studies o CNES), en París; y la Agencia Espacial Italiana (Italian Space Agency, en idioma inglés), en Roma. ROLIS y CASSE fueron desarrolladas por el Instituto de Investigaciones Planetarias (Institute of Planetary Research, en idioma inglés), que pertenece al Centro Aeroespacial Alemán, en Berlín. El Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JLP, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, en Pasadena, California, que es una división del Instituto de

Tecnología de California, en Pasadena, dirige la participación estadounidense de la misión Rosetta para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA, en Washington. El JPL también construyó el Instrumento de Microondas del Orbitador Rosetta (Microwave Instrument for Rosetta Orbiter o MIRO, por su acrónimo en idioma inglés); allí desempeña sus actividades su principal investigador: Samuel Gulkis. El Instituto de

Investigaciones del Sudoeste (Southwest Research Institute, en idioma inglés), ubicado en San Antonio y en Boulder, desarrolló los instrumentos IES (Ion and Electron Sensor, en idioma inglés, o Sensor de Iones y Electrones, en idioma español) y Alice. En dicho instituto desempeñan sus actividades sus principales investigadores: James Burch (IES) y Alan Stern (Alice).

sábado, 22 de noviembre de 2014

El confuso futuro del hielo del mar Ártico

28 de octubre de 2014: El cambio climático es un fenómeno global; sin embargo, los científicos en la Tierra están observando de cerca un lugar en particular: el Ártico.
“Las regiones polares son importantes para nosotros y debemos estudiarlas precisamente ahora”, explica Tom Wagner, de la División de Ciencias de la Tierra (Earth Science Division, en idioma inglés), de la NASA, en Washington DC. “Están cambiando rápidamente”.

splash
 
 En un nuevo video de ScienceCast se examina la cubierta de hielo del mar Ártico, que se está encogiendo, y cómo esa reducción podría afectar las condiciones del tiempo en todo el mundo. Reproducir el video, en idioma inglés 
 
Uno de los signos más visibles del calentamiento es la retracción del hielo del mar Ártico. Todos los años, el hielo del mar aumenta y disminuye en lo que es una respuesta normal al cambio de estaciones; el mínimo anual de la cubierta de hielo del mar tiene lugar cerca del final del verano boreal. Desde la década de 1970, los investigadores han estado observando cuidadosamente con el fin de ver si el ritmo del hielo del mar Ártico respondería al calentamiento global.

Al principio, hubo un escaso cambio sistemático. Luego, llegó la década del año 2000.
 
 
“Comenzamos a ver cambios drásticos alrededor del año 2005”, recuerda Walt Meier, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA. “En 2007, el fondo pareció caerse”. Para fines de la temporada de derretimiento de ese año, el Océano Ártico había perdido una parte de la cubierta de hielo equivalente al tamaño combinado de Alaska y Texas. “Había mucha conmoción en la comunidad que investiga el hielo del mar. No recuerdo a nadie que pensara que podía disminuir tanto tan rápidamente”, dice Meier.

Lo que faltaba en la mayoría de los análisis, que se enfocaron en el área donde el hielo del mar se encogía, fue el hecho de que el hielo también se había hecho más delgado en las últimas décadas, lo cual lo hacía mucho más vulnerable a las condiciones del tiempo y al calentamiento.

Desde el año 2007, el hielo del mar ha continuado reduciéndose, en promedio, con subas y bajas anuales. El mínimo actual, que tuvo lugar en septiembre de 2014, es apenas menor que el de 2013, lo que lo convierte en el sexto nivel más bajo en lo registrado por los satélites. En un punto, una pequeña área del borde del hielo del Mar de Laptev estuvo a solamente cinco grados del Polo Norte.
“Todos los días estamos aprendiendo más sobre las implicancias que estos cambios tienen para el resto del planeta”, continúa Wagner. “El cambio en el hielo del mar Ártico probablemente esté teniendo influencia sobre nuestras condiciones del tiempo”.

image
 
Haga clic aquí para visitar la página principal de ARISE, en idioma inglés

Con el fin de investigar esta posibilidad, la NASA puso en marcha una misión aérea sobre el Océano Ártico. Su nombre es ARISE, el acrónimo de Experimento IceBridge sobre Hielo y Mar - Radiación Ártica (Arctic Radiation-IceBridge Sea and Ice Experiment, en idioma inglés).
Bill Smith, el principal investigador del proyecto, del Centro de Investigaciones Langley (Langley Research Center, en idioma inglés), explica los objetivos de la misión: “Tenemos razones para creer que la pérdida del hielo del mar crea más nubes. Básicamente, queremos descubrir si eso es verdad y determinar los impactos”.

El hielo refleja la luz del Sol hacia el espacio. Si el hielo se derrite, esa luz del Sol ya no se refleja; se absorbe. La humedad que libera la superficie del mar que se calienta sube para formar nubes. Las nubes mismas reflejan la luz del Sol pero también actúan como si fueran una manta, manteniendo caliente la tierra que está debajo de ellas.

La interacción entre las nubes y el hielo, el enfriamiento y el calentamiento, es compleja. ARISE tiene como objetivo desentrañar este tema tomando muchos datos:

“Nuestro C-130 está equipado con un complemento exclusivo de sensores”, dice Smith. “Tenemos radiómetros apuntando hacia arriba y hacia abajo para medir la luz del Sol que entra y que sale; un termómetro infrarrojo para medir la temperatura de la superficie del mar, un altímetro láser para medir la altura (y, en consecuencia, el grosor) del hielo; y más”.

Los satélites que orbitan la Tierra regularmente realizan mediciones del Ártico, pero la región es grande y compleja, de modo que los datos pueden ser difíciles de interpretar. Al comparar las mediciones llevadas a cabo por C-130 con los datos proporcionados por los satélites, tomados al mismo tiempo, Smith y sus colegas esperan aportar los “principios elementales” al problema.

“Necesitamos más información para comprender cómo interpretar las mediciones que realizan los satélites y un avión puede ayudar con eso”, dice.

Si el cambio climático continúa produciéndose rápidamente, los veranos futuros podrían traer un Océano Ártico sin hielo. ARISE podría decirnos algunas de sus implicancias antes de que eso suceda.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Actualización 2014 sobre el agujero de ozono

31 de octubre de 2014: El agujero de ozono de la Antártida alcanzó su tamaño máximo anual el 11 de septiembre, según informaron científicos de la NASA y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, o NOAA, por su acrónimo en idioma inglés). El tamaño del agujero de este año fue 24,1 millones de kilómetros cuadrados (9,3 millones de millas cuadradas); esta es un área que mide casi el tamaño que tiene América del Norte.


splash
 
 Esta imagen muestra concentraciones de ozono arriba de la Antártida, el 11 de septiembre de 2014. Crédito de la imagen: NASA. Ver también el sitio en Internet para la observación del agujero de ozono, de la NASA, en idioma inglés 
 
El área máxima en un solo día fue similar a la del año 2013, que alcanzó los 24,0 millones de kilómetros cuadrados (9,3 millones de millas cuadradas). El agujero de ozono más grande registrado por un satélite en un solo día midió 29,9 millones de kilómetros cuadrados (11,5 millones de millas cuadradas), el 9 de septiembre de 2000. En total, la capa de ozono es más pequeña que los agujeros grandes del período 1998–2006 y se la puede comparar con lo medido en 2010, 2012 y 2013.

Con los niveles actuales de cloro en la atmósfera, aumentados desde la década de 1980, el agujero de ozono de la Antártida se forma y se expande durante la primavera del hemisferio sur (agosto y septiembre). La capa de ozono ayuda a proteger la vida en la Tierra de la potencialmente dañina radiación ultravioleta que puede causar cáncer de piel y dañar las plantas.

El Protocolo de Montreal, que se acordó en el año 1987, estableció una reglamentación para las sustancias que reducen el ozono, como los clorofluorocarbonos, que contienen cloro, y los halones, que contienen bromo. El nivel de estas sustancias registrado en 2014 sobre la Antártida ha disminuido alrededor de un 9 por ciento, por debajo del récord máximo del año 2000.

“La variabilidad climática de un año a otro impacta significativamente sobre el ozono de la Antártida porque las temperaturas estratosféricas más cálidas pueden reducir el agotamiento del ozono”, dijo Paul A. Newman, quien es el científico jefe para el área de la atmósfera en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA, en Greenbelt, Maryland. “El agujero de ozono es más pequeño que lo que vimos a fines de la década de 1900 y principios de la década de 2000 y sabemos que los niveles de cloro están disminuyendo. Sin embargo, todavía no estamos seguros de si un calentamiento de las temperaturas estratosféricas a largo plazo en la Antártida podría explicar la reducción de este agotamiento del ozono”.

image
 
 Las gráficas que se muestran arriba indican el avance del agujero de ozono de 2014. La sombra gris indica los valores más altos y más bajos medidos desde el año 1979. Los números rojos corresponden a los valores máximos o mínimos observados. La temperatura estratosférica y la cantidad de luz solar que llega a la región del polo sur controlan la profundidad y el tamaño del agujero de ozono de la Antártida. [Más información
 
Los científicos están trabajando con el fin de determinar si el agujero de ozono de la última década es el resultado de los aumentos de temperatura o de la reducción del cloro. Un aumento de la temperatura estratosférica arriba de la Antártida disminuiría el área del agujero de ozono. Las mediciones llevadas a cabo mediante satélites y desde la Tierra muestran que los niveles de cloro están reduciéndose, pero los análisis de la temperatura estratosférica en esa región son menos confiables para determinar las tendencias a largo plazo.

Los científicos también descubrieron que el espesor mínimo de la capa de ozono este año fue de 114 unidades Dobson, el 30 de septiembre, en comparación con las 250-350 unidades Dobson registradas durante la década de 1960. Durante los últimos 50 años, los registros satelitales y en tierra relacionados con la Antártida muestran que las cantidades en la columna de ozono varían de 100 a 400 unidades Dobson, lo que se traduce en aproximadamente de 1 milímetro (1/25 pulgada) a 5 milímetros (1/6 pulgadas) de ozono en una capa, si se la trajera a la superficie.

Los datos sobre el ozono provienen del Instrumento Holandés-Finlandés de Monitorización del Ozono (Dutch-Finnish Ozone Monitoring Instrument, en idioma inglés), ubicado a bordo del satélite Aura, de la NASA, y del Conjunto de Instrumentos para el Análisis y la Monitorización del Ozono (Ozone Monitoring and Profiler Suite instrument, en idioma inglés), colocado a bordo del Satélite de Asociación Nacional Suomi en Órbita Polar (Suomi National Polar-orbiting Partnership satellite, en idioma inglés), de la NASA-NOAA.
Las mediciones llevadas a cabo por la NOAA en la estación del polo sur monitorizan la capa de ozono ubicada por encima de ese lugar por medio del espectrofotómetro Dobson y a través de lanzamientos regulares del globo sonda, que registra el espesor de la capa de ozono y su distribución vertical. Las cantidades de cloro se calculan usando mediciones en tierra llevadas a cabo por la NOAA y por la NASA y a través de observaciones realizadas por el Medidor de Microondas del Limbo (Microwave Limb Sounder, en idioma inglés), a bordo del satélite Aura, de la NASA.

La NASA y la NOAA deben cumplir con lo establecido en la Ley del Aire Limpio destinada a monitorizar los gases que agotan el ozono y también a controlar el agotamiento del ozono en la estratosfera. Desde la década de 1970, científicos de la NASA y de la NOAA han estado monitorizando la capa de ozono y las concentraciones de sustancias que agotan el ozono y sus productos de descomposición desde el suelo y con una variedad de instrumentos ubicados en satélites y globos. Estas observaciones nos permiten contar con un registro continuo a largo plazo para dar seguimiento a la evolución de las cantidades de ozono a largo plazo y de un año a otro.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Cómo aterrizar en un cometa

3 de noviembre de 2014: Hablando en general, las misiones espaciales se ubican dentro de una de tres categorías: difíciles, más difíciles y ridículamente difíciles.
Lossobrevuelos son difíciles. Una nave espacial viaja cientos de millones de kilómetros a través del oscuro vacío del espacio, divisa un planeta o luna distante y lo sobrevuela a una velocidad que varía desde 32.190 a 48.280 kilómetros por hora (de 20.000 a 30.000 millas por hora), tomando fotografías de manera frenética durante un encuentro dolorosamente breve.
Ingresar en órbitaes más difícil. En vez de sobrevolar un objetivo, la nave espacial que se acerca a él frena y cambia su velocidad lo suficiente como para lograr girar alrededor del planeta. Un movimiento equivocado y la nave espacial vagará por la atmósfera, transformándose así en un meteoro accidental.
Pero aterrizar es ridículamente difícil. Simplemente juegue al video de la NASA llamado “Seven Minutes of Terror” (“Siete minutos de terror”, en idioma español). Observar a Curiosity (Curiosidad, en idioma español) lanzarse en un paracaídas, impulsarse hacia atrás mediante retrocohetes y concretar su camino hacia la superficie de Marte ayudándose con una grúa raramente deja de hacer poner la piel de gallina. Desde el comienzo de la Era Espacial, las agencias espaciales de la Tierra han tenido éxito en aterrizar solamente en seis cuerpos del universo: Venus, Marte, la Luna, Titán y los asteroides 433 Eros e Itokawa.

splash
 
 En un nuevo video de ScienceCast se presenta una vista previa del primer aterrizaje sobre un cometa. Reproducir el video, en idioma inglés 
 
En una maniobra que podría establecer un nuevo estándar de dificultad, la Agencia Espacial Europea (European Space Agency, o ESA por su acrónimo en idioma inglés) está a punto de sumar un séptimo miembro a la lista. El 12 de noviembre, la nave espacial Rosetta, de la ESA, dejará caer un módulo de descenso, llamado “Philae”, sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko.

“¿Cuán difícil es este aterrizaje?”, pregunta Art Chmielewski, el gerente estadounidense del proyecto Rosetta, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma inglés). “Tenga en cuenta esto: el cometa se estará moviendo 40 veces más rápidamente que una bala en movimiento, girando, expulsando gas y dando la bienvenida a Rosetta a la superficie repleta de rocas, grietas, desniveles y, posiblemente, ¡metros de polvo”!
 
 
Rosetta dejará caer el módulo de descenso Philae desde una altura de 22 kilómetros a medida que el cometa rote libremente debajo de él. No habrá un direccionamiento activo durante el lento descenso.

“A diferencia de los anteriores aterrizajes, donde ya se había hecho un reconocimiento (en Marte, por ejemplo, confeccionamos mapas del planeta con bastante anticipación), Rosetta apenas comenzó a conocer su objetivo hace un par de meses”, explica Claudia Alexander, una científica de proyecto para el Proyecto Rosetta Estadounidense. “Esto presenta un riesgo mucho mayor”.
Rosetta llegó a 67P el 6 de agosto de 2014. Lo que descubrió fue impactante. El núcleo del cometa tiene una forma extraña (un observador lo comparó con un “exponente raro de circo”), está dominado por un par de áreas de un kilómetro de ancho unidas por un “cuello” con rocas. No sería fácil elegir un sitio para el aterrizaje.

image
 
Haga clic aquí para conocer más sobre el sitio J del aterrizaje, en idioma inglés. Crédito: ESA.
Rosetta pasó más de un año explorando el cometa antes de que los ingenieros y los científicos se reunieran en Francia para tomar la decisión.

“Ninguno de los sitios candidatos para el aterrizaje cumplió con el 100% de los criterios operativos”, dice Stephan Ulamec, quien es el gerente del proyecto del módulo de descenso Philae, en el Centro Aeroespacial Alemán (German Aerospace Center, en idioma inglés, o DLR, por su sigla en idioma alemán), “pero el sitio J es claramente la mejor solución”.

El sitio J es un lugar relativamente plano, sin rocas, sobre la porción más pequeña del cometa. Recibe bastante luz del Sol para los paneles solares del módulo de descenso y cuenta con un buen campo visual para las comunicaciones con Rosetta, que orbita arriba.

El descenso tomará alrededor de 7 horas; será un proceso lento que podría estar “condimentado” por impredecibles chorros de gas que podrían emerger desde el núcleo del cometa.

¿Usted pensó que 7 minutos de terror era penoso? “Estas serán Siete Horas de Terror”, dice Alexander.
Si todo sale bien, Philae descenderá lentamente y desplegará arpones para sujetarse a la superficie. Un equipo de 10 sensores ubicados en el módulo de descenso, entre los cuales se incluye un taladro para la recolección de muestras y una sonda acústica para explorar la estructura que se encuentra debajo de la superficie del cometa, podrá luego comenzar directamente un estudio sin precedentes del cometa.

“Un cometa es diferente a cualquier otro cuerpo planetario en el que hayamos intentado aterrizar”, señala Alexander. “¡Hacer que Philae aterrice con éxito será un increíble logro para la humanidad!”
Intente usted mismo hacer aterrizar una nave espacial sobre un cometa mediante la aplicación (en idioma inglés) de la NASA llamada Space Place’s Comet Quest (Misión al cometa en el Sitio del Espacio, en idioma español): http://spaceplace.nasa.gov/comet-quest/.

sábado, 1 de noviembre de 2014

El telescopio Hubble observa un cometa cerca de Marte

23 de octubre de 2014: El Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, ha enviado una exclusiva imagen compuesta del cometa Siding Spring cuando pasaba cerca de Marte. Dicho acercamiento no había sido observado con anterioridad.
Siding Spring, designado oficialmente como Cometa C/2013 A1, experimentó su máximo acercamiento a Marte el 19 de octubre a las 2:28 p. m. EDT (hora diurna del Este), a una distancia de aproximadamente 140.000 kilómetros (87.000 millas). Eso es alrededor de un tercio de la distancia que existe entre la Tierra y la Luna. En ese momento, el cometa y Marte se encontraban a alrededor de 240 millones de kilómetros (149 millones de millas) de la Tierra.

splash
 
 Esta imagen compuesta, enviada por el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, capta las posiciones del cometa Siding Spring y de Marte en lo que fue un acercamiento nunca antes observado de un cometa al Planeta Rojo. Esto sucedió el 19 de octubre de 2014 a las 2:28 p. m. EDT (hora diurna del Este). Crédito de la imagen: NASA, ESA, PSI, JHU/APL, STScI/AURA 
 
La imagen del cometa es una composición de fotografías proporcionada el telescopio Hubble. Dichas imágenes fueron tomadas entre el 18 de octubre, a las 8:06 a. m., y el 19 de octubre, a las 11:17 p. m. Hubble tomó una imagen separada de Marte a las 10:37 p. m. del 18 de octubre.

Las imágenes de Marte y el cometa se unieron con el fin de crear una sola imagen para ilustrar la separación angular, o distancia, entre el cometa y Marte en su máximo acercamiento. La separación es aproximadamente 1,5 minutos de arco, o un veinteavo del diámetro angular de la Luna llena. En esta imagen compuesta, el fondo de estrellas está sintetizado a partir de datos que brindó un telescopio ubicado en la Tierra, llamado Palomar Digital Sky Survey (Sondeo Digital del Cielo Palomar, en idioma español), los cuales fueron reprocesados para aproximar la resolución de los datos provistos por el telescopio Hubble.
 
 
El núcleo sólido del cometa de hielo es demasiado pequeño como para poder observarlo en la imagen que aportó el telescopio Hubble. La brillante coma del cometa, una difusa nube de polvo que envuelve al núcleo, y una cola polvorosa, son claramente visibles.

Esta es una imagen compuesta porque sería un problema lograr una sola imagen del fondo repleto de estrellas, el cometa Siding Spring y Marte juntos. En verdad, Marte es 10.000 veces más brillante que el cometa, de modo que podría no quedar expuesto adecuadamente como para poder mostrarlo. El cometa y Marte también se estaban moviendo uno respecto del otro y no se pudo tomar una imagen simultánea en una sola fotografía sin que uno de los dos objetos se viera borroso debido al movimiento. El telescopio Hubble tuvo que ser programado para dar seguimiento al cometa y a Marte por separado en dos observaciones diferentes.

Además, la NASA utilizó su enorme flota de instrumentos científicos, particularmente aquellos que orbitan y que exploran Marte, con el fin de captar imágenes y estudiar el sobrevuelo de este cometa, lo que solo se ve una vez en la vida. A modo de preparación para el sobrevuelo del cometa, la NASA realizó maniobras con su orbitador Mars Odyssey (Odisea de Marte, en idioma español), así como con el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO, por su sigla en idioma inglés, u Orbitador de Reconocimiento de Marte, en idioma español) y con el miembro más nuevo de la flota de Marte: MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile EvolutioN, en idioma inglés, o Atmósfera de Marte y Evolución de Materiales Volátiles, en idioma español), con el propósito de reducir el riesgo de impacto con las partículas de polvo de alta velocidad que provienen del cometa. Otros observatorios espaciales de la NASA también se unieron al telescopio Hubble y a los telescopios ubicados en la Tierra con el fin de observar el encuentro.
Siding Spring es el primer cometa de la Nube de Oort de nuestro sistema solar que será estudiado de cerca.
La Nube de Oort, la cual se encuentra mucho más allá de los planetas exteriores que rodean a nuestro Sol, es una región esférica de objetos de hielo y se cree que está compuesta de material remanente de la formación del sistema solar.