sábado, 28 de junio de 2014

El “platillo volador” de la NASA está listo para su primer vuelo de prueba

26 de junio de 2014: Solamente suena como si fuera ciencia ficción.

Con el propósito de poner a prueba una nueva tecnología que será utilizada para colocar cargas pesadas sobre Marte, la NASA está a punto de dejar caer un vehículo con forma de platillo volador desde un globo de helio muy por encima de la superficie de la Tierra.

La próxima oportunidad de lanzamiento para el Desacelerador Supersónico de Baja Densidad (Low Density Supersonic Decelerator o LDSD, por su sigla en idioma inglés) es el 28 de junio a las 8:15 de la mañana, hora estándar de Hawái, cuando la ventana de lanzamiento, de 45 minutos, se abra en la Planta de Misiles del Pacífico, que pertenece a la Marina de Estados Unidos, en Kauai, Hawái. Habrá cuatro oportunidades de lanzamientos más el 29 y el 30 de junio y el 1 y el 3 de julio, si es necesario. Los funcionarios lo llaman el “vuelo que sacudirá a la ingeniería”. 

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 Un vehículo de prueba con la forma de un platillo volador, que transporta un equipo para colocar grandes cargas sobre Marte, se muestra en el Edificio de Ensamble de Misiles, en la Plantade Misiles del Pacífico que pertenece a la Marina de Estados Unidos, en Kaua‘i, Hawái. Más información, en idioma inglés 
 
"La agencia está progresando y está alistándose para Marte como parte de la campaña sobre la Evolución de Marte, de la NASA", dice Michael Gazarik, un administrador asociado de la división de Tecnología Espacial, en las oficinas centrales de la NASA, ubicadas en Washington. A medida que la NASA planee misiones robot a Marte cada vez más ambiciosas, preparando así el terreno para futuras expediciones científicas con seres humanos, las misiones requerirán naves espaciales más grandes y más pesadas. El objetivo del proyecto LDSD es ver si el vehículo de prueba de vanguardia, impulsado por un cohete, funciona tal como fue diseñado; en el espacio cercano a altos números de Mach.
La manera en la cual asciende el platillo de la NASA para poner a prueba la altitud es prácticamente tan peculiar como el vehículo de prueba mismo. 

“Usamos un globo de helio (que, al inflarlo por completo, encajaría cómodamente en el Rose Bowl -Tazón de las Rosas, en idioma español- de Pasadena) para levantar nuestro vehículo a 36.580 metros (120.000 pies)”, dijo Mark Adler, quien es el gerente del proyecto del Desacelerador Supersónico de Baja Densidad, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma inglés), de la NASA. “Desde allí, lo dejamos caer durante un segundo y medio. Luego, solo debe adquirir altura y velocidad; y después debe frenar”. 

Una fracción de segundo después de caer desde el globo, y a unos pocos metros debajo de él, se encenderán cuatro pequeños motores de cohete con el fin de poner a punto el platillo y estabilizarlo giroscópicamente. Medio segundo después, un motor de cohete Star 48B, de combustible sólido y tobera larga, alcanzará un empuje de 7.937 kilogramos (17.500 libras), y enviará al vehículo de prueba hacia el límite de la estratosfera. 

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 Un vehículo con forma de platillo volador, diseñado para poner a prueba dispositivos de aterrizaje interplanetarios cuelga de una torre, listo para su lanzamiento en la Planta de Misiles del Pacífico. Más información, en idioma inglés 
 
“Nuestro objetivo es lograr una altitud y una velocidad que estimulen la clase de ambiente con la que uno de nuestros vehículos se encontraría al volar en la atmósfera marciana”, dijo Ian Clark, quien es el principal investigador del proyecto LDSD, en el JPL. “Llegamos al punto máximo a alrededor de los 54.860 metros (alrededor de 180.000 pies) y de la velocidad Mach 4. Luego, al desacelerar a Mach 3,8, desplegamos el primero de dos nuevos sistemas de frenos atmosféricos”. 

“Después de años de imaginación, ingeniería y arduo trabajo, pronto veremos a nuestro Keiki oka honua, nuestro ‘muchacho de la Tierra’, mostrarnos lo que tiene”, dice Adler. “Si nuestro platillo volador bate sus récords de velocidad y altitud, será un día grandioso”. 

El equipo de gestión del proyecto decidió también hacer volar dos tecnologías de desaceleración supersónicas que serán puestas a prueba exhaustivamente durante dos pruebas de vuelo más del LDSD, el año próximo. Si el vehículo de prueba de este año vuela como se espera, el equipo del LDSD puede llegar a obtener un tesoro oculto de datos sobre cómo funcionan el Desacelerador Aerodinámico Inflable Supersónico (Supersonic Inflatable Aerodynamic Decelerator o SIAD-R, por su sigla en idioma inglés), de 6 metros, y el paracaídas supersónico un año antes de lo planeado. 

El SIAD-R, el cual es esencialmente una rosquilla inflable que aumenta el tamaño del vehículo y, como resultado, incrementa su arrastre, se despliega una velocidad de alrededor de Mach 3,8. Este desacelerador rápidamente frenará el vehículo a una velocidad de Mach 2,5, donde el paracaídas supersónico más grande de la historia golpeará primero el flujo supersónico. Se espera que aproximadamente 45 minutos más tarde el platillo realice un aterrizaje controlado en el océano Pacífico, en las costas de Hawái. 

NASA TV transmitirá imágenes en vivo y comentarios sobre la prueba de ingeniería del LDSD. El vehículo de prueba transporta varias cámaras a bordo. Se espera que el video de las partes seleccionadas de la prueba, incluyendo el ascenso impulsado por cohete, se pueda descargar durante transmisión. 

Los sitios en Internet que reproducirán el video en vivo incluyen a: http://www.nasa.gov/nasatv y http://www.ustream.tv/nasajpl2.

sábado, 21 de junio de 2014

Una eyección de masa coronal, de tipo Carrington, pasa muy cerca de la Tierra

18 de mayo de 2014: El mes último (desde el 8 al 11 de abril), científicos, funcionarios del gobierno, planificadores de emergencias y otras personas se reunieron en Boulder, Colorado, con el fin de asistir al Taller sobre Clima Espacial (Space Weather Workshop, en idioma inglés), de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration, en idioma inglés, o Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en idioma español). Este taller es una reunión anual que tiene como objetivo debatir sobre los peligros y las probabilidades de que ocurran tormentas solares.
El actual ciclo solar es más débil que lo usual; de modo que, en consecuencia, podríamos esperar un sencillo encuentro. Pero, por el contrario, los pasillos y las salas de reuniones bullían con entusiasmo por una intensa tormenta solar que estuvo a punto de tocar la Tierra.
“Si hubiera tocado tierra, todavía estaríamos recogiendo los pedazos”, dice Daniel Baker, de la Universidad de Colorado, quien presentó la charla “El Principal Evento de Erupción Solar en Julio de 2012: Definiendo los Escenarios del Clima Espacial Extremo” (The Major Solar Eruptive Event in July 2012: Defining Extreme Space Weather Scenarios,en idioma inglés). 

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En un nuevo video de ScienceCast se relata el paso cercano de una supertormenta solar, en julio de 2012. Reproducir el video, en idioma inglés 
 
Este paso tan cercano tuvo lugar hace casi dos años. El 23 de julio de 2012, una nube de plasma o “EMC” (“CME”, por su sigla en idioma inglés) salió despedida desde el Sol a una velocidad de 3000 km/s, más que cuatro veces más rápido que una erupción típica. La tormenta atravesó la órbita de la Tierra pero por suerte nuestro planeta no estaba allí. En cambio, golpeó a la nave espacial STEREO-A. Los investigadores han estado analizando los datos desde entonces y llegaron a la conclusión de que la tormenta fue una de las más potentes que se han registrado en la historia. “Podría haber sido más fuerte que el Evento Carrington mismo”, señala Baker.
 
 
Se denominó Evento Carrington a una serie de ponderosas EMC que golpearon la Tierra de frente, en septiembre del año 1859, desencadenando así auroras boreales tan al sur como en Tahití. Las intensas tormentas geomagnéticas hicieron que las líneas telegráficas del mundo sacaran chispas, incendiando así algunas oficinas telegráficas y también inhabilitando la ‘Internet victoriana’. En la actualidad, una tormenta similar podría tener un efecto catastrófico sobre las redes de energía eléctrica modernas y sobre las redes de telecomunicaciones. Según un estudio llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Sciences, en idioma inglés), el impacto económico total podría exceder los 2 billones de dólares o 20 veces más que los costos del huracán Katrina. Podría tomar años reparar los transformadores, de grandes toneladas, calcinados por una tormenta como esa y eso afectaría la seguridad nacional.
Un reciente artículo publicado en Nature Communications y escrito conjuntamente por Janet G. Luhmann, una especialista en física espacial, de la Universidad de California, Berkeley, y por Ying D, un ex postdoctorado, describe qué es lo que confirió su potencia a la tormenta de julio de 2012, la cual fue similar al Evento Carrington. Por un lado, la EMC fue, en verdad, dos EMCs separadas por solamente 10 a 15 minutos. Esta nube de tormenta doble viajó a través de una región del espacio que había sido “limpiada” por otra EMC apenas cuatro días antes. Como resultado, las EMC no fueron desaceleradas tanto como es usual por su tránsito a través del medio interplanetario. 

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Un informe llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias detalla las consecuencias de las tormentas solares extremas. Más información
 
Si la erupción hubiera ocurrido apenas una semana antes, el sitio de la explosión hubiera estado apuntando hacia la Tierra, en vez de hacerlo hacia el costado; de modo que escapamos de la tormenta por poco.
Cuando el Evento Carrington envolvió la Tierra en el siglo XIX, las tecnologías de la época no eran muy sensibles a las alteraciones electromagnéticas. Por otro lado, la sociedad moderna depende mucho de las tecnologías sensibles al Sol, como los GPS (Global Positioning System, en idioma inglés, o Sistema de Posicionamiento Global, en idioma español), las comunicaciones satelitales e Internet.
“El efecto de una tormenta como esa sobre nuestras tecnologías modernas sería tremendo”, dice Luhmann.
Durante debates informales que tuvieron lugar en el taller, Nat Gopalswamy, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), destacó que “sin las sondas STEREO, de la NASA, podría haber sucedido que nunca conociéramos la intensidad de la supertormenta que se produjo en el año 2012. Esto demuestra el valor de tener ‘boyas para el clima espacial’ ubicadas alrededor del Sol”.
Asimismo, esto destaca la potencia del Sol incluso durante las llamadas “épocas de calma”. Muchos observadores han notado que el ciclo solar actual es débil, quizás el más débil en 100 años. Claramente, hasta un ciclo solar débil puede producir una tormenta muy fuerte.
Baker dice: “Tenemos que estar preparados”.