sábado, 30 de junio de 2012

¿Por qué no explotará la supernova?

15 de junio de 2012:  En algún sitio de la Vía Láctea, una antigua estrella masiva está a punto de protagonizar una muerte espectacular. A medida que su combustible líquido se agota, la estrella comienza a colapsar bajo su propio y tremendo peso. La aplastante presión dispara nuevas reacciones nucleares, lo cual prepara el escenario para una explosión impresionante. Y luego... nada sucede.
Al menos eso es lo que las supercomputadoras han estado prediciendo a los astrofísicos durante décadas. Muchos de los mejores modelos de supernovas realizados por computadora no pueden producir una explosión. Al final de la simulación, gana la gravedad y la estrella simplemente colapsa.
Claramente, a los físicos les falta conocer algo.

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 Un nuevo video ScienceCast explica cómo el observatorio NuSTAR, de la NASA, explorará el misterio de las estrellas que explotan. Descargar el video
"Todavía no entendemos por completo cómo funcionan las supernovas de estrellas masivas", dice Fiona Harrison, una astrofísica del Instituto de Tecnología de California.
Para entender qué está sucediendo, a Harrison y a sus colegas les gustaría examinar el interior de una supernova real mientras está explotando. Pero eso no es posible; de modo que pasan al siguiente plan.
Utilizando un telescopio denominado "NuSTAR" (acrónimo de Nuclear Spectroscopic Telescope Array, en idioma inglés o Telescopio Espectroscópico Nuclear, en idioma español), ellos explorarán los residuos de supernovas lo antes posible, después de la explosión.
Lanzado sobre el Océano Pacífico, el 13 de junio de 2012, mediante un cohete Pegasus XL, NuSTAR es el primer telescopio espacial que puede enfocar rayos X de muy alta energía, produciendo de este modo imágenes que son 100 veces más nítidas que las que se podían captar con los anteriores telescopios para rayos X de alta energía
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Un modelo de una supernova cuyo núcleo gira y colapsa creado por medio de una supercomputadora. Las observaciones llevadas a cabo por NuSTAR de remanentes reales de una supernova proporcionarán datos vitales para dichos modelos. Crédito: Fiona Harrison
Cuando finalicen las revisiones de NuSTAR y éste funcione con todas sus capacidades, los científicos lo utilizarán con el fin de rastrear supernovas para hallar pistas grabadas en el patrón de los elementos diseminados a través de los residuos de la explosión.
"La distribución del material en un remanente de supernova dice mucho sobre la explosión original", explica Harrison.
Un elemento de particular interés es el titanio-44. La creación de este isótopo de titanio a través de la fusión nuclear requiere una cierta combinación de energía, presión y materias primas. Dentro de la estrella que colapsa, esa combinación tiene lugar a una profundidad que es muy especial. Todo lo que se encuentre debajo de esa profundidad sucumbe a la gravedad y colapsa hacia el interior para formar un agujero negro. Todo lo que se encuentre por encima de esa profundidad saldrá despedido hacia afuera en la explosión. El titanio-44 se origina justo en la cúspide.
De modo que el patrón de cómo el titanio-44 se esparce a través del remanente de una supernova puede revelar mucha información respecto de lo que sucedió en ese umbral límite durante la explosión. Y con esa información, los científicos podrían descifrar qué es lo que no funciona en las simulaciones creadas por computadora.
Algunos científicos consideran que los modelos realizados en computadora son demasiado simétricos. Hasta hace poco tiempo, incluso con poderosas supercomputadoras, los científicos únicamente habían podido simular un corte unidimensional de la estrella. Ellos simplemente suponen que el resto de la estrella se comporta de manera similar y crean la simulación de la implosión igual en todas las direcciones radiales.
Pero... ¡y si esa suposición está equivocada?

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El telescopio NuSTAR confeccionará un mapa de la distribución del titanio-44 en remanentes de una supernova como esta, Casiopea A, para buscar evidencia de asimetrías.
"Las asimetrías podrían ser la clave", dice Harrison. En un colapso asimétrico, las fuerzas que actúan en dirección hacia afuera podrían abrirse paso en algunos lugares aun cuando el aplastamiento de la gravedad domine en otros. Pero, más recientemente, las simulaciones en dos dimensiones sugieren que las asimetrías podrían ayudar a resolver el misterio de la "supernova que no explota".
Si el telescopio NuSTAR descubre que el titanio-44 no se esparce de manera uniforme, eso sería evidencia de que las explosiones mismas también eran asimétricas, explica Harrison.
Para detectar titanio-44, NuSTAR necesita poder enfocar rayos X de muy alta energía. El titanio-44 es radioactivo y cuando se descompone libera fotones con una energía de 68 mil electronvoltios. Los actuales telescopios espaciales para detectar rayos X, como el Observatorio Chandra de Rayos X, de la NASA, pueden enfocar rayos X únicamente hasta aproximadamente 15 mil electronvoltios.
Las lentes normales directamente no pueden enfocar rayos X. El vidrio dobla los rayos X sólo mínimamente, lo cual no resulta suficiente como para formar una imagen.
Los telescopios para detectar rayos X utilizan una clase totalmente diferente de "lentes", que están compuestas de muchas capas concéntricas. Se parecen a las capas de una cebolla cilíndrica.

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 El "trayecto de la luz" de un rayo X de la cámara EPIC, del satélite XMM-Newton; un diseño similar al utilizado por NuSTAR. Crédito: ESA/ESTEC. [Más información] Referencias: X-Rays: Rayos X; Doubly-reflected X-Rays: Rayos X doblemente reflejados; Focal Surface: Superficie focal; Focal length: Longitud focal.
Los rayos X que ingresan pasan entre estas capas, las cuales los guían a hacia la superficie focal. No se trata de una lente, estrictamente, porque los rayos X reflejan las superficies de las capas en vez de atravesarlas, pero el resultado es el mismo al final.
El equipo del telescopio NuSTAR ha pasado años perfeccionando las delicadas técnicas de fabricación que se requieren para crear las ópticas de rayos X de alta precisión con el fin de que el telescopio NuSTAR funcione a energías tan altas como 79 mil electronvoltios.
Sus esfuerzos podrían dar como resultado la respuesta a la pregunta: "¿Por qué no explotará la supernova?"1
 

sábado, 23 de junio de 2012

James Cook y el tránsito de Venus

Aproximadamente cada 120 años, una mancha oscura se desliza a través del Sol. Pequeña, negra como la tinta, casi perfectamente circular, no es una mancha solar común. No todos pueden verla, pero aquellos que lo hacen tienen un sentimiento muy extraño de pararse en puntas de pie sobre la arena húmeda, en la playa de una isla del Pacífico Sur...

Los olores de la ciudad llegaban desde Plymouth y atravesaban la embarcación, dejando de lado el aire salobre. Las gaviotas marinas revoloteaban en vuelo ascendente, graznando, mientras las velas se desplegaban hasta tensarse. El viento había cambiado y era hora de partir.
El 12 de agosto de 1768, el Bark Endeavour de Su Majestad abandonó el puerto al mando del Teniente James Cook, con destino a Tahití. La isla había sido "descubierta" por los europeos hacía apenas un año, en el Pacífico Sur, una parte de la Tierra tan escasamente explorada que los cartógrafos no podían ponerse de acuerdo respecto de si allí había un continente gigante o no. Pero también Cook podría haber estado yendo a la Luna o a Marte. Tendría que navegar a través de miles de kilómetros de mar abierto, sin nada que se pareciera a un GPS (Global Positioning System, en idioma inglés, o Sistema de Posicionamiento Global, en idioma español) o sin ni siquiera un buen reloj de pulsera para tomar el tiempo de navegación y hallar una mota de tierra a apenas 32 kilómetros (20 millas) de distancia. En el camino, peligrosas tormentas podrían materializarse (como de hecho sucedió) sin aviso. Desconocidas formas de vida aguardaban en las aguas del océano. Cook pensaba que la mitad de la tripulación perecería.
Pero valía la pena arriesgarse, consideró, para observar un tránsito de Venus.

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 El Endeavour. Crédito: Fundación HMB Endeavour.
"A las 2 de la tarde partimos hacia el mar con 94 personas a bordo", anotó Cook en su registro. El joven naturalista que viajaba en el barco, de nombre Joseph Banks, fue más romántico: "Partimos desde Europa y sólo el cielo sabe por cuánto tiempo, quizás para siempre", escribió.
Su misión era llegar a Tahití antes de junio de 1769, establecerse entre los isleños y construir un observatorio astronómico. Cook y su tripulación observarían el deslizamiento de Venus a través de la cara del Sol y, de este modo, podrían medir el tamaño del sistema solar. O eso esperaba la Academia Real de Inglaterra, que patrocinó el viaje.
El tamaño del sistema solar fue uno de los principales enigmas de la ciencia en el siglo XVIII, tanto como lo es la naturaleza de la materia oscura y de la energía oscura en la actualidad. En la época de Cook, los astrónomos sabían que había seis planetas que orbitaban al Sol (Urano, Neptuno y Plutón todavía no habían sido descubiertos), y conocían el espaciamiento relativo de dichos planetas. Júpiter, por ejemplo, está ubicado 5 veces más lejos del Sol que la Tierra. Pero, ¿qué distancia es esa, en kilómetros? Se desconocían las distancias absolutas.
Venus era la clave. Edmund Halley se dio cuenta de esto en el año 1716. Tal como se lo ve desde la Tierra, Venus ocasionalmente cruza la cara del Sol. Se parece a un disco de color negro azabache que se desliza lentamente entre las verdaderas manchas del Sol. Mediante la anotación del inicio y del tiempo de paro del tránsito, desde lugares muy distantes entre sí en la Tierra, razonó Halley, los astrónomos podrían calcular la distancia a Venus utilizando los principios de paralaje. La escala del resto del sistema solar sería el próximo paso.
Pero había un problema. Los tránsitos de Venus no son frecuentes. Tienen lugar de a pares, con 8 años de diferencia, y están separados por aproximadamente 120 años. El propio Halley no viviría para ver uno de ellos. Un equipo internacional intentó calcular la duración de un tránsito de Venus en el año 1761, pero las condiciones climáticas y otros factores hicieron que se estropearan la mayoría de los datos. Si Cook y otros fracasaban en 1769, todos los astrónomos de la Tierra estarían muertos antes de que llegara la próxima oportunidad, en el año 1874
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 Retrato de Cook (óleo sobre tela), Nathanial Dance, 1735-1811. Crédito: Biblioteca Nacional de Australia.
A la expedición de Cook con frecuencia se la compara con una misión espacial. "El Endeavor no solamente hizo un viaje de descubrimiento", escribe Tony Horwitz, en el diario de viajes denominado "Latitudes Azules: Tras el rastro del capitán Cook", "también fue un laboratorio para poner a prueba las teorías y tecnologías más nuevas, tal como lo hacen las naves espaciales de la actualidad".
En particular, la tripulación del Endeavor iba a ser el conejillo de Indias en la lucha de la Marina contra el "flagelo de los mares": el escorbuto. El cuerpo humano puede almacenar vitamina C únicamente por alrededor de 6 semanas y, cuando se agota, los marineros experimentan lasitud, desintegración de las encías y hemorragias. Algunas embarcaciones del siglo XVIII perdieron la mitad de su tripulación debido al escorbuto. Cook llevaba a bordo una variedad de alimentos experimentales y daba de comer a su tripulación cosas tales como: chucrut y malta sin fermentar. Quien se negara a comerlo sería castigado. De hecho, Cook azotaba a uno de cada cinco miembros de su tripulación, algo normal por esos días, según relata Horwitz.
Para cuando Cook llegó a Tahití en 1769, había estado navegando hacia el Oeste durante 8 meses (casi el mismo tiempo que los astronautas modernos emplearían para llegar a Marte). Se perdieron cinco tripulantes cuando el barco navegó alrededor del tormentoso Cabo Horn, y luego otro marino desesperado se arrojó por la borda durante el cruce del Pacífico, que duró 10 semanas. El Endeavor era absolutamente vulnerable a medida que se dirigía a Tahití. No había contacto con el "control de la misión", ni imágenes de satélite que anticiparan las condiciones del tiempo para advertir sobre tormentas que pudieran avecinarse, ni ayuda de ningún tipo. Cook navegó utilizando relojes de arena y cuerdas anudadas para medir la velocidad de la embarcación, y empleó un sextante y un almanaque para calcular la posición del Endeavor mediante las estrellas. Eso era traicionero y peligroso.
Sorprendentemente, llegaron casi intactos el 13 de abril de 1769, casi dos meses antes del tránsito. "En ese momento, teníamos muy pocos hombres en la lista de enfermos; el menú del barco, en general, había sido muy saludable gracias, principalmente, al amargo del chucrut", escribió Cook.

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 La vista desde Punta Venus, Tahití, donde Cook y sus hombres observaron el tránsito de Venus. Óleo sobre tela, William Hodges, 1744-1797. Crédito: Biblioteca Nacional de Australia.
Tahití fue un territorio alienígena para los hombres de Cook, como Marte podría ser para nosotros en la actualidad. Al menos la isla era confortable y estaba bien aprovisionada para la vida humana; los isleños eran amigables y se mostraban ansiosos por tratar con los hombres de Cook. Banks la consideró "la mejor imagen de un paraíso (idílico y pacífico) que la imaginación pueda crear". Sin embargo, la flora, la fauna, las costumbres y los hábitos de Tahití eran tremendamente diferentes de los de Inglaterra; la tripulación del Endeavor estaba absorta, asombrada.
Quizás es por eso que Cook y Banks tuvieron tan poco para decir sobre el tránsito cuando éste finalmente ocurrió el 3 de junio de 1769. El pequeño disco negro de Venus, que únicamente se pudo ver cuando se deslizaba a través de un cegador Sol por medio de telescopios especiales comprados en Inglaterra, tenía un poderoso rival: la misma isla Tahití.
Las anotaciones de Banks del día del tránsito contienen 622 palabras; menos de 100 de ellas se refieren a Venus. Él principalmente realizó una crónica de sus encuentros durante el desayuno con Tarróa, el rey de la isla, y con la hermana de Tarróa, de nombre Nuna. Ya avanzado el día, registró la visita de "tres hermosas mujeres". De Venus, dijo: "Fui a ver a mis compañeros en el observatorio y llevé a Tarróa, a Nuna y a algunos de sus principales sirvientes; a ellos les mostramos el planeta sobre el Sol y les hicimos entender que habíamos ido hasta allí a propósito para verlo. Después de esto, ellos volvieron y yo con ellos". Punto. Si el rey o el propio Banks quedaron impresionados, Banks nunca lo dijo.
Cook se expandió algo más: "Este día resultó ser tan favorable para nuestro propósito como lo deseamos, no se veía ni una nube... y el aire era perfectamente transparente, de modo que tuvimos todas las ventajas que podríamos haber deseado para observar el pasaje completo del planeta Venus sobre el disco del Sol: vimos muy claramente una atmósfera o sombra oscura alrededor del cuerpo del planeta que perturbó mucho los tiempos de contacto, particularmente los dos internos".

James Cook (Black Drop, strip)
 
 Dibujos del tránsito de Venus hechos por james Cook en el año 1769. [Más información]
Cook también observó el "efecto de la gota negra". Cuando Venus está cerca del limbo del Sol (el momento crítico para tomar el tiempo del tránsito), el espacio negro más allá del limbo del Sol parece alcanzar y tocar al planeta. Esto hace que sea muy difícil decir con precisión cuándo se inicia un tránsito o cuándo termina. El efecto no fue cabalmente comprendido hasta el año 1999 cuando un equipo de astrónomos liderado por Glenn Schneider, de la Universidad de Arizona, estudió una gota negra similar durante un tránsito de Mercurio. Ellos demostraron1 que la distorsión es causada por la combinación del oscurecimiento del limbo solar y la función de diseminación de un punto del telescopio. Las observaciones de Cook se vieron claramente afectadas. De hecho, sus mediciones no concordaron con las del astrónomo de la embarcación Charles Green, quien observó el tránsito junto a Cook durante 42 segundos.
Esto fue un problema para los observadores en otros sitios también. Cuando todo estuvo dicho y hecho, las observaciones del tránsito de Venus del año 1769, que se llevaron a cabo desde 76 lugares distintos del mundo, y entre las cuales se incluyó a la de Cook, no resultaron lo suficientemente precisas como para establecer la escala del sistema solar. Los astrónomos no lo lograron hasta el siglo XIX cuando utilizaron la fotografía para registrar el siguiente par de tránsitos.
Cook no se preocuparía demasiado por estos temas; había muchas más exploraciones por realizar. La Marina, a través de instrucciones secretas, le ordenó abandonar la isla cuando terminara el tránsito y "buscar entre Tahití y Nueva Zelanda un continente o tierra de gran extensión".
Durante una gran parte del año siguiente, el Endeavor y su tripulación recorrió el Pacífico Sur en busca de un continente que, según algunos científicos del siglo XVIII, era necesario para equilibrar las grandes masas de tierra del hemisferio norte. En un momento de dicho recorrido, estuvieron sin ver tierra durante casi dos meses. Pero la terra australis incognita, la desconocida "tierra del Sur", no existía, tal y como lo sospechó Cook todo el tiempo. En ese trayecto, Cook conoció a los feroces maoríes de Nueva Zelanda y a los aborígenes de Australia (encuentros que ambas razas lamentarían años más tarde), y también exploró miles de kilómetros de costa australiana y neozelandesa. Además, tuvo una colisión que resultó ser casi desastrosa contra el Arrecife de la Gran Barrera.

James Cook (Beached, strip)
 
 El Endeavour está varado en Australia luego de colisionar contra el Arrecife de la Gran Barrera. Un grabado de Un relato de los viajes..., de John Hawkesworth. Crédito: Biblioteca Nacional de Australia.
Posteriormente, durante una escala de 10 semanas en Yakarta para hacer reparaciones, siete marineros murieron a causa de la malaria. La ciudad portuaria estaba densamente poblada por personas y enfermedades. Cook partió en cuanto pudo hacerlo, pero el daño ya estaba hecho. Al final, 38 miembros de la tripulación original del Endeavour (y 8 que se sumaron después) perecieron; entre ellos se encontraba el astrónomo Charles Green. "La tasa de víctimas, que fue del 40% en el barco, no fue considerada como extraordinaria en esa época", escribe Horwitz. "En realidad, Cook sería posteriormente reconocido por la excepcional preocupación que mostró por la salud de su tripulación".
El 11 de julio de 1771, Cook regresó a Deal, en Inglaterra. Los sobrevivientes habían dado la vuelta al mundo y habían catalogado miles de especies de plantas, insectos y animales, también habían encontrado nuevas (para ellos) razas de personas y habían buscado continentes gigantes. Fue una aventura épica.
Al final, el tránsito resultó ser sólo una pequeña porción de la aventura de Cook; fue eclipsado por Tahití y saboteado por las gotas negras. Pero gracias al viaje, Venus y Cook están unidos. De hecho, se podría decir que la mejor razón para observar un tránsito de Venus es la historia.
Usted decide. El 5 y 6 de junio de 2012, Venus cruzará la cara del Sol nuevamente. El evento será transmitido por Internet, entre otras transmisiones, y constituirá el objetivo de innumerables telescopios. En otras palabras, no se lo puede perder. Mire dentro del disco de color negro azabache. Él puede transportarlo hacia un lugar y una época diferentes: Tahití, en el año 1769, cuando la mayor parte de la Tierra todavía era un misterio y el ojo en el telescopio pertenecía a un gran explorador.
¿Puede sentir la arena entre sus dedos?

sábado, 16 de junio de 2012

La vida vegetal en los océanos experimenta una floración sin precedentes

8 de junio de 2012: Científicos han llevado a cabo un descubrimiento biológico en las aguas del Océano Ártico que es tan espectacular e inesperado como hallar un bosque lluvioso en el medio de un desierto. Una expedición patrocinada por la NASA, denominada ICESCAPE (Impactos del Cambio Climático sobre los Ecosistemas y la Química del Medio Ambiente Ártico del Pacífico, en idioma español o Impacts of Climate change on the Eco-Systems and Chemistry of the Arctic Pacific Environment , en idioma inglés), realizó perforaciones en el hielo marino, de aproximadamente 1 metro, con el fin de encontrar allí agua más rica en plantas de mar microscópicas que en cualquier otra región oceánica de la Tierra. Dichas plantas son esenciales para toda la vida marina.
"Si alguien me hubiera preguntado antes de la expedición si veríamos floraciones debajo del hielo, le hubiera dicho que era imposible", dijo Kevin Arrigo, de la Universidad Stanford, en Stanford, California, quien es el jefe de la misión ICESCAPE y autor principal del nuevo estudio. "Este descubrimiento fue una sorpresa absoluta".

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Durante los veranos de los años 2010 y 2011, la expedición marítima denominada Impactos del Cambio Climático sobre los Ecosistemas y la Química del Medio Ambiente Ártico del Pacífico (Impacts of Climate change on the Eco-Systems and Chemistry of the Arctic Pacific Environment o ICESCAPE, por su acrónimo en idioma inglés) exploró la biología, la ecología y la biogeoquímica de las aguas árticas en los mares de Beaufort y Chukchi. (Crédito: NASA)
Las plantas microscópicas, llamadas fitoplancton, son la base de la cadena alimentaria marina. Se pensaba que el fitoplancton crecía en el Océano Ártico únicamente después de que el hielo marino se había retirado con la llegada del verano. Ahora, algunos científicos creen que el hielo del Ártico, que cada vez se torna más delgado, está permitiendo que la luz del Sol llegue al agua ubicada por debajo del hielo marítimo, catalizando de este modo la floración de las plantas donde nunca habían sido observadas.
El hallazgo revela una nueva consecuencia del calentamiento climático en el Ártico y proporciona una importante clave para comprender los impactos del clima y el medio ambiente en constante cambio en el Océano Ártico y su ecología.

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Un ensamblaje de diatomeas, una de las clases más comunes de fitoplancton, tal como se las observa a través del microscopio. Estas pequeñas plantas oceánicas estaban presentes en una muestra de agua recolectada a aproximadamente 1,60 metro (5 pies) por debajo del hielo, durante la campaña ICESCAPE del año 2011. (Crédito: William M. Balch/Laboratorio Bigelow para las Ciencias Oceánicas)
El descubrimiento fue hecho durante las expediciones ICESCAPE que tuvieron lugar en los veranos de 2010 y 2011. Los científicos que se encontraban a bordo de un rompehielos de la guardia costera de Estados Unidos exploraron las aguas árticas de los mares de Beaufort y Chukchi, en las costas oeste y norte de Alaska. Durante el mes de julio del año 2011, en la división de la misión ICESCAPE dedicada al mar de Chukchi, tres investigadores observaron floraciones debajo del hielo, que se extendían desde el borde del hielo con el mar hasta 116 kilómetros (72 millas) en el interior de la placa de hielo. Los datos oceánicos actuales revelaron que las floraciones se desarrollaron debajo del hielo y que no habían llegado hasta allí desde mar abierto, en donde las concentraciones de fitoplancton pueden ser elevadas.
El fitoplancton estaba extremadamente activo, y llegó a duplicar su cantidad más de una vez al día. Las floraciones en las aguas abiertas se producen a un ritmo mucho más lento, y se duplican cada dos a tres días. Este ritmo de crecimiento se encuentra entre los más elevados que se han medido en aguas polares. Los investigadores estiman que la producción de fitoplancton debajo del hielo en partes del Ártico podría ser hasta 10 veces más elevada que en las cercanas aguas abiertas del océano.
"Parte de la misión de la NASA es ser pionera en los descubrimientos científicos, y esto es como hallar un bosque lluvioso del Amazonas en medio del desierto de Mojave", expresó Paula Bontempi, quien es directora del programa de biología biogeoquímica oceánica de la NASA, en Washington. "Nos embarcamos en la misión ICESCAPE con el fin de validar nuestros datos satelitales correspondientes a la observación del océano en un área de la Tierra a la cual es muy difícil acceder. Estamos ansiosos por hacer un descubrimiento que con un poco de suerte ayudará a los investigadores y a los jefes de recursos a comprender mejor el Ártico".
El descubrimiento tiene implicancias para el ecosistema ártico más amplio (se incluye a las especies migratorias tales como: las ballenas y las aves). El fitoplancton es el alimento de pequeños animales oceánicos, los cuales a su vez constituyen el alimento de peces más grandes y animales oceánicos. Un cambio en la secuencia temporal de las floraciones puede causar trastornos para los animales más grandes que se alimentan ya sea de fitoplancton o de las criaturas que comen estos microrganismos. "A las especies migratorias se les podría hacer cada vez más difícil conocer cuál es el momento en sus ciclos vitales para estar en el Ártico cuando la floración está en su punto máximo", destacó Arrigo. "Si la provisión de alimento llega antes, podrían perder el barco".

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 Las superficiales pero extensas lagunas que se forman sobre el hielo marítimo cuando su cubierta de nieve se derrite en el verano actúan como ventanas, ya que permiten que la luz penetre a través de la capa de hielo. (Crédito: Don Perovich/Laboratorio de Ingeniería y Regiones Frías de la Armada de Estados Unidos)
Antes, los investigadores pensaban que el hielo marítimo del Océano Ártico bloqueaba la mayor parte de la luz del Sol que el fitoplancton necesitaba para crecer. Pero, en las últimas décadas, hielo más joven y más delgado ha reemplazado gran parte del hielo más antiguo y más grueso del Ártico. Este hielo joven es casi plano y las lagunas que se forman cuando la cubierta de nieve se derrite en el verano se esparcen mucho más que las que había en el hielo más antiguo y escarpado.
Estas lagunas extensas pero superficiales producidas por el derretimiento de la nieve actúan como ventanas para ver el océano, y permiten que grandes cantidades de luz solar atraviesen el hielo para llegar hasta el agua que está debajo, dijo Donald Perovich, un geofísico del Laboratorio de Ingeniería y Regiones Frías de la Armada de Estados Unidos (U.S. Army Cold Regions and Engineering Laboratory, en idioma inglés), ubicado en Hanover, New Hampshire, quien estudió las propiedades ópticas del hielo durante la expedición ICESCAPE.
"Cuando observamos debajo del hielo, fue como un negativo fotográfico. Debajo de las áreas de hielo puro que reflejan un montón de luz del Sol, estaba oscuro. Debajo de las lagunas, estaba muy brillante", dijo Perovich. Él actualmente es profesor en la Facultad de Ingeniería Thayer del Dartmouth College.
"En este momento, no sabemos si estas floraciones de fitoplancton tan rico han estado sucediendo en el Ártico durante mucho tiempo y simplemente no las hemos observado", agregó Arrigo. "Estas floraciones podrían esparcirse en el futuro, sin embargo, si la cubierta de hielo del Ártico continúa adelgazando".
Los hallazgos fueron publicados en la revista científica Science.

sábado, 9 de junio de 2012

La Estación Espacial Internacional transitará a Venus

31 de mayo de 2012: En el año 1768, cuando James Cook partió del puerto de Plymouth con el propósito de observar el tránsito de Venus en Tahití, el viaje equivalió a una travesía a través del espacio. La isla remota acababa de ser "descubierta" hacía un año y, según los testigos, era tan extraña y alienígena para los europeos como las estrellas mismas. La precisa navegación de Cook hacia Tahití y sus posteriores observaciones de Venus cruzando el Sol del Pacífico sur, en 1769, han inspirado a los exploradores durante siglos.
Uno de esos exploradores está a punto de abatir a Cook en su propio juego.
Muy alto, sobre la Tierra, el astronauta Don Pettit se está preparando para fotografiar el tránsito de Venus, que tendrá lugar el 5 de junio, desde el espacio mismo.

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Un nuevo video de ScienceCast describe las observaciones del tránsito de Venus de 2012 que planeó Don Pettit. Reproducir el video (en idioma inglés).
"He estado planeando esto durante mucho tiempo", dice Pettit, quien se desempeña como ingeniero de vuelo a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI, por su sigla en idioma español o International Space Station o ISS, por su sigla en idioma inglés). "Sabía que el tránsito de Venus ocurriría durante mi rotación, de modo que empaqué un filtro solar cuando mi expedición partió para la EEI, en diciembre de 2011".
Como los tránsitos de Venus se dan de a pares que ocurren una vez cada 100 años aproximadamente, en raras ocasiones los seres humanos han tenido la oportunidad de fotografiar la aparición desde la Tierra, y mucho menos desde la órbita de la Tierra.
"La tripulación de la Expedición 31 será la primera en la historia en ver un tránsito de Venus desde el espacio, y Pettit será el primer ser humano en fotografiarlo", expresó Mario Runco, Jr., del Centro Espacial Johnson (Johnson Space Center o JSC, por su sigla en idioma inglés). Runco, un astronauta que voló a bordo de tres misiones de transbordadores, es experto en la óptica de las ventanas de las naves espaciales. Junto con su esposa, Susan Runco, quien es la coordinadora de fotografías tomadas por astronautas en el JSC, Mario está ayudando a Pettit para reunir las mejores imágenes posibles del tránsito.

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Para obtener más información sobre el viaje de Cook a Tahití, consulte: "James Cook y el tránsito de Venus", en Ciencia@NASA.
Pettit estará apuntando su cámara a través de las ventanas laterales de la cúpula de la estación espacial, un módulo de observación creado por la ESA (acrónimo que significa: European Space Agency, en idioma inglés, o Agencia Espacial Europea, en idioma español) que proporciona una vista de ángulo amplio de la Tierra y del cosmos. La tripulación utilizará las siete ventanas que posee con el fin de manejar el brazo robot de la estación, coordinar los acoplamientos espaciales y tomar fotografías científicas de la Tierra y del cielo. También es el sitio favorito en el cual "pasan el rato" aquellos astronautas que no están trabajando y para los cuales esta vista resulta estimulante.
"Para este tránsito, Don quitará los paneles protectores internos, de calidad no-óptica, conocidos como 'paneles contra raspaduras', los cuales realmente hacen que sea imposible tomar imágenes nítidas y claras", dice Runco. "Quitar esos paneles es una gran ventaja cuando se trata de detalles que serán vistos en las imágenes del Sol".
Pettit describe el sistema de la cámara: "Utilizaré una cámara Nikon D2Xs de gran calidad y una lente de 800 mm. con un filtro solar de luz blanca de abertura completa".
"Incluso con este grandioso sistema de cámara, las imágenes serían bastante suaves si no se quitaran los paneles contra raspaduras", destaca Runco. "Ésta es apenas la tercera vez que sacaremos fotografías a través de las ventanas de calidad óptica de la cúpula. Espero que esto se torne una rutina en el futuro".
El tránsito que tendrá lugar este mes es el segundo del par 2004-2012. Los astronautas estaban a bordo de la EEI en 2004, pero no vieron el tránsito, principalmente porque no tenían filtros solares a bordo. El pequeño Venus cubre una pequeña fracción del disco solar, de modo que el Sol continúa siendo dolorosamente brillante para el ojo humano incluso en la mitad del tránsito. La previsión que tuvo Pettit de llevar un filtro solar marca toda la diferencia.
¿Qué sentiría Cook con todo esto?
"No creo que James Cook envidiara demasiado", dijo Runco. "Después de todo, él logró hacer un viaje a Tahití con todo pago".
Las fotografías que tome Don serán rápidamente publicadas en Internet durante el tránsito. La histórica transmisión (en idioma inglés) comenzará el 5 de junio aproximadamente a las 3 de la tarde (hora del Pacífico).

martes, 5 de junio de 2012

El misterioso Arco de Venus

4 de junio de 2012: Cuando Venus transite a través del Sol, el 5 y 6 de junio, una armada compuesta por telescopios ubicados en una nave espacial y en la Tierra estará al acecho de algo que es difícil de localizar y que, hasta hace poco tiempo, era inesperado: el Arco de Venus.
"Yo estaba atónito cuando lo vi por primera vez durante el tránsito del año 2004", recuerda el profesor de astronomía Jay Pasachoff, del Williams College. "Un aro brillante y resplandeciente apareció alrededor del borde de Venus inmediatamente después de que comenzó a moverse hacia el Sol".
Durante un breve instante, el planeta se había convertido en un "anillo de fuego".

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El Arco de Venus observado durante el tránsito del planeta, en el año 2004, por el astrónomo aficionado André Rondi utilizando un refractor de 10 cm., cerca de Toulouse, Francia. [Más información]
Ahora los investigadores entienden lo que sucedió. Iluminada desde atrás por el Sol, la atmósfera de Venus refractó la luz solar cuando pasaba a través de las capas de aire, por encima de la parte superior de las nubes del planeta, creando de este modo un arco de luz que fue visible con telescopios caseros y también por una nave espacial.
Resulta que los investigadores pueden aprender mucho sobre Venus mediante la observación del arco. De hecho, esto se relaciona con algunos de los más profundos misterios del segundo planeta.
"No entendemos por qué la atmósfera de nuestro planeta hermano evolucionó hasta ser tan diferente de la de la Tierra", explica el científico planetario Thomas Widemann, del Observatorio de París.

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El Arco de Venus fotografiado en el año 2004 por Riccardo Robitschek y Giovanni Maria Caglieris, de Milán, Italia. [Más información]
La Tierra y Venus se encuentran ubicados a distancias similares del Sol, están compuestos de los mismos materiales básicos y son prácticamente gemelos perfectos en términos de tamaño. Sin embargo, ambos planetas están envueltos en cubiertas de aire impresionantemente diferentes. La atmósfera de Venus es casi 100 veces más masiva que la de la Tierra y está compuesta principalmente de CO2, un gas invernadero que eleva la temperatura de la superficie a casi 482 °C (900 °F). Nubes de ácido sulfúrico se elevan como si fueran torres hasta alcanzar los 23 kilómetros (14 millas) de altura y se mueven rápidamente a 354 kilómetros por hora (220 millas por hora). Un ser humano transportado a este infernal ambiente sería aplastado, sofocado, disecado y posiblemente se prendería fuego.
Por lo general, los científicos planetarios no tienen idea de cómo Venus se convirtió en eso.
"Nuestros modelos y herramientas no pueden explicar cabalmente lo que sucede en Venus, lo cual significa que carecemos de las herramientas para comprender a nuestro propio planeta", destaca Widemann. "Ocuparnos de Venus es ocuparnos de nosotros mismos".
Uno de los más grandes misterios de Venus es la super rotación. La atmósfera completa rodea al planeta en sólo cuatro horas terrestres, lo cual es mucho más rápido que el período de giro del planeta de 243 días. "La dinámica de la super rotación todavía es un enigma, a pesar de la abundancia de datos proporcionados por conocidas misiones, tales como: Pioneer Venus de la NASA, las misiones Venera y VEGA de Rusia, Magellan de la NASA y, más recientemente, Venus Express de la ESA (European Space Agency, en idioma inglés, o Agencia Espacial Europea, en idioma español)".
Aquí es donde ingresa a la historia el Arco de Venus. El brillo del arco revela la temperatura y la estructura de la densidad de la atmósfera intermedia, o "mesosfera", de Venus, donde la luz del Sol se refracta. Según algunos modelos, la mesosfera es clave para la física de la super rotación. Por medio del análisis de la curva de luz del arco, los investigadores pueden determinar la temperatura y la densidad de esta capa crítica de polo a polo.

Arc of Venus (TRACE, 200px)
 
*El Arco de Venus según lo vio la nave espacial TRACE, de la NASA, en el año 2004. Crédito: J. Pasachoff, G. Schneider, L. Golub. De "Venus: Es Ahora o Nunca".
*Esta imagen de Venus cuando acababa de ingresar a la cara del Sol fue tomada por la nave espacial denominada TRACE (Transition Region and Coronal Explorer, en idioma inglés, o Explorador de la Región de Transición y de la Corona, en idioma español), de la NASA, durante el tránsito que tuvo lugar en el año 2004, en colaboración con el autor Glenn Schneider y con Leon Golub. La imagen muestra una parte del planeta en el borde del Sol y revela un aro brillante alrededor del borde de Venus que queda afuera. Este aro es la atmósfera de Venus a medida que curva la luz del Sol hacia la nave espacial.
Cuando el arco apareció, en 2004, tomó a los astrónomos por sorpresa; como resultado, sus observaciones no fueron optimizadas para poder captar y analizar el anillo de luz que cambiaba rápidamente.
Esta vez, sin embargo, ellos están preparados. Juntos, Pasachoff y Widemann han organizado un esfuerzo mundial con el fin de monitorizar el fenómeno el 5 de junio de 2012. "Vamos a observar el arco utilizando 9 coronógrafos esparcidos en todo el mundo", dice Pasachoff. "Entre los sitios de observación se encuentran los siguientes: Haleakala, Big Bear y Sacramento Peak. La nave espacial Hinode, de Japón, y el Observatorio de Dinámica Solar, de la NASA, también reunirán datos".
Pasachoff tiene un consejo para los astrónomos aficionados que deseen observar el arco. "Los mejores momentos para observar son el ingreso y el egreso; es decir, cuando el disco de Venus está ingresando y saliendo del Sol. El ingreso será entre las 22:09 y las 22:27, hora universal, del 5 de junio; el egreso tendrá lugar entre las 04:32 y las 04:50, hora universal. Asegúrese de que su telescopio tenga un filtro adecuado. Tanto el filtro de luz blanca como el filtro H-alfa podrían posiblemente mostrar el arco".
¡Disfrute del espectáculo!

sábado, 2 de junio de 2012

Eclipse parcial de la Luna color de fresas

28 de mayo de 2012: El 4 de junio de 2012, habrá Luna llena. Según el folclore nativo estadounidense, es la Luna color de fresas, llamada así porque la corta temporada de cosecha de fresas se produce durante el mes de junio.
Esta fresa va a exhibir una mordida.
A las 3:00 de la mañana (hora diurna del Pacífico), poco antes del amanecer del lunes 4 de junio, la Luna pasará directamente por detrás de nuestro planeta. Una amplia extensión de terreno lunar alrededor del cráter Tycho, ubicado al Sur, caerá bajo la sombra de la Tierra, produciendo de este modo el primer eclipse lunar del año 2012. En el punto máximo del eclipse, alrededor de las 4:04 de la madrugada (hora diurna del Pacífico), el 37% de la superficie de la Luna estará en la oscuridad
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Strawberry Moon (splash, 558px)
 
La Luna pasará a través del núcleo de color rojo oscuro de la sombra de la Tierra, el 4 de junio. Reproducir el video.
Debido a que solamente una fracción de la Luna color de fresas está en sombras, los astrónomos llaman a esto eclipse parcial. Pero es absolutamente hermoso.
El eclipse será visible en América del Norte y del Sur, así como en Australia, en partes del este de Asia y a lo largo de todo el Océano Pacífico. En el lado del Atlántico de Estados Unidos, el eclipse se producirá justo cuando la Luna se ponga por el Oeste (el momento perfecto para la Ilusión Lunar).
Por razones que ni los astrónomos ni los psicólogos entienden del todo, las Lunas bajas sobre el horizonte parecen ser anormalmente grandes cuando brillan a través de los árboles, cerca de los edificios y de otros objetos en primer plano. De hecho, una Luna baja no es más grande que cualquier otra Luna (las cámaras lo prueban), pero el cerebro humano insiste en lo contrario.

Strawberry Moon (eclipse2, 200px)
 
Un eclipse parcial de Luna, en junio de 2010. Créditos: Jared Aicher, de Boise, Idaho
La Luna eclipsada, colgando bajo en el Oeste, en la madrugada del 4 de junio, se verá extra grande para los observadores de Estados Unidos ubicados al Este del Mississippi. El hecho de que su tamaño extra sea sólo una ilusión de ningún modo desvirtúa su atractivo visual.
La alineación entre el Sol, la Tierra y la Luna que ocasionará este eclipse es la segunda de tres rápidas alineaciones celestes. Primero fue el eclipse solar anular que tuvo lugar el 20 de mayo, cuando la luna se movió entre la Tierra y el Sol para convertir a nuestra estrella en un "aro de fuego". El eclipse lunar del 4 de junio invertirá el orden de la Tierra y la Luna, de modo que la Luna será eclipsada en lugar del Sol. Finalmente, tenemos el tránsito de Venus, el 5 y 6 de junio, cuando el segundo planeta se mueva directamente entre la Tierra y el Sol.
La astronomía de aficionados no podrá ser mejor que en esta oportunidad.
Despierte antes del amanecer del 4 de junio y saboree el dulce eclipse de la Luna color de fresas.