sábado, 17 de marzo de 2012

Preparan una misión para aterrizar en un cometa

12 de febrero de 2012: La nave espacial Rosetta, de Europa, se encuentra en camino para interceptar un cometa; está lista para marcar un hito en la historia aeroespacial. En el año 2014, Rosetta ingresará en órbita alrededor del cometa 67P/Churyumov Gerasimenko y colocará una sonda sobre él. Serán la primera nave espacial y la primera sonda que realizan esta tarea en el espacio.
El objetivo de Rosetta es conocer la historia primordial que cuenta un cometa a medida que se desintegra gloriosamente.
Los cometas son restos primitivos de cuando se "construyó" nuestro propio sistema solar, lo que tuvo lugar hace aproximadamente 4.500 millones de años. Debido a que pasan gran parte del tiempo en el frío profundo de las partes externas del sistema solar, los cometas están bien conservados; constituyen una mina de oro para los astrónomos que desean conocer qué condiciones reinaban "en el comienzo".
A medida que sus órbitas alargadas los trasladan más cerca del Sol, los cometas se transforman en los cuerpos más impresionantes del cielo nocturno. Rosetta es una misión de la Agencia Espacial Europea; fue lanzada en el año 2004 y lleva instrumentos estadounidenses a bordo. Esta nave espacial podrá presenciar la metamorfosis desde la "primera fila".


Rosetta (splash)
 
 
Concepto artístico de Rosetta en órbita mientras que la sonda de exploración de la misión investiga la superficie del cometa. [Más información]
Lo que hasta ahora sabemos de los cometas proviene de algunas misiones que los han sobrevolado.
"De cierto modo, un sobrevuelo es apenas un tentador vistazo de un cometa en una etapa de su evolución", dice Claudia Alexander, quien se desempeña como científica de proyecto en el Proyecto Rosetta, Estados Unidos, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma inglés). "Rosetta es diferente. Orbitará a 67P durante 17 meses. Presenciaremos la evolución de este cometa a medida que lo acompañamos a entrar y salir del Sol".
El feroz calor solar tendrá un profundo efecto sobre el objetivo de Rosetta. "Veremos que el cometa comienza siendo apenas una especie de pepita de oro en el espacio y luego se convierte en algo poético y hermoso, que arrastra una gran cola".
En este momento, Rosetta está "descansando", preparándose para enfrentar los desafíos que vienen. Se encuentra hibernando, en un sueño profundo, ocupada en una persecución a alta velocidad.
El toque de diana tendrá lugar cerca o durante el día de Año Nuevo de 2014, cuando la nave espacial dé inicio a un programa de chequeo de un mes de duración.
Si todo sale bien, en el mes de agosto de ese mismo año, Rosetta ingresará en órbita alrededor del núcleo de 67P y comenzará a explorar su superficie en busca de un sitio para el descenso. Una vez que el lugar esté elegido, la nave espacial descenderá hasta llegar a ubicarse 1 kilómetro por encima de su superficie con el fin de desplegar la sonda.
La sonda se llama “Philae” y debe su nombre a una isla en el Nilo, la cual es el sitio donde se erige un obelisco que ayudó a descifrar (¡sí, adivinó!) la Piedra de Rosetta (Rosetta Stone, en idioma inglés).
El aterrizaje está previsto para noviembre de 2014, cuando Philae realizará el primer aterrizaje controlado sobre el núcleo de un cometa.
"Cuando nos posemos en el núcleo, ¡el cometa ya podría estar en actividad!", afirma Alexander. Como los cometas tienen escasa actividad, la sonda se anclará con arpones. “Los pies quizás realicen una perforación en algo crujiente, como el permafrost (capa de hielo que se encuentra permanentemente congelada en la superficie), o quizás lo haga en algo sólido, como una roca”, especula la investigadora.
Una vez que esté amarrada, la sonda comenzará un estudio sin precedentes del núcleo de un cometa. Entre otras cosas, recolectará muestras para examinar mediante microscopios automáticos ubicados a bordo y tomará imágenes panorámicas del terreno del cometa desde el nivel del suelo.
Mientras tanto, arriba, en órbita, la nave espacial Rosetta estará ocupada también. A bordo, los sensores confeccionarán mapas de la superficie y del campo magnético del cometa, monitorizarán los chorros y géiseres en erupción, medirán la tasa de flujos y mucho más. Juntos, el orbitador y la sonda construirán la primera imagen en 3 dimensiones de las capas y de las depresiones que yacen debajo de la superficie de un cometa.
Los resultados deberían contar toda una historia.

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